Fiestón en París con Klopp
El segundo equipo de París festejó su vuelta a la primera división del fútbol galo con la presencia de Klopp, director de fútbol de Red Bull, en el palco.
Bajo la atenta mirada de Jürgen Klopp, que visitó París por segunda vez, la primera en enero, como director de fútbol de Red Bull, el Paris FC, el segundo equipo de la capital sa, gestionado por la marca de bebidas energéticas, titular del 10% del club, festejó su vuelta a la primera división del fútbol francés después de 46 años de ausencia, en una temporada histórica en la que entró en una nueva dimensión con los nuevos propietarios. Los parisinos vencieron 2-0 al Ajaccio y, a pesar de que no pudo cantar el alirón, porque el Lorient no perdió y se proclamó campeón de la Ligue 2, la fiesta fue total en el Stade Charléty.
Klopp, que antes del encuentro contra el Ajaccio saludó a los hinchas del Stade Charlety, rebosante de aficionados, presenció desde el palco, acompañado de Antoine Arnault, y Ferracci, presidente de la entidad parisina, una tarde histórica para el fútbol de París, que también celebró esta semana la clasificación del PSG a la segunda final de la Champions de su historia, después de derrotar 2-1 al Arsenal en el Parque de los Príncipes.
Tampoco quiso perderse la fiesta Mario Gomez, hombre en la sombra del Paris FC, contratado en noviembre una vez se formalizó la compraventa del club, y el representante de Red Bull en el Consejo de istración del segundo equipo de la capital. El Paris F.C promete ambicionar, a corto plazo, con los mejores equipos de la primera división sa, y para ello contará con un presupuesto que oscilará entre los 70 y los 100 millones de euros, cifra inédita para un recién ascendido durante el presente siglo en la Ligue 1.
París, además, podrá potenciar el Derbi que disputarán la próxima temporada el Paris Saint-Germain y el Paris F.C, el primero fruto de la fusión del segundo con el Stade Saint-Germain, en 1970. Un año después de su fundación, el PFC se escindió para operar como una entidad independiente y solo pudo competir en primera durante una temporada, la 1978-1979, precisamente la única, y la última, en el que el PSG y el Paris F.C se vieron las caras. Ambos llegaron a compartir el Parque de los Príncipes, allá por la década de los 70, aunque el PFC ha alternado distintos estadios, entre ellos el Charléty, en el que jugaban desde 2006.
De hecho, una de las particularidades del Derbi parisino la próxima temporada es que el estadio de los dos clubes se encuentra a apenas 20 metros de distancia, la menor en las cinco grandes ligas sin contar los equipos que comparten estadio, como el Milan y el Inter de Milan. Una anomalía en el fútbol francés, que lleva 35 años sin tener un Derbi en su capital, concretamente desde que el PSG, ya asentado como un grande en Francia, se enfrentó al Racing Matra, el histórico Racing que fue uno de los pioneros de la liga sa y que, además, fue el primer rico de París. Curiosamente, el PFC llegó a fusionarse, en 1983, con este club, que actualmente se encuentra en quinta división.
París fue una fiesta en una tarde fresca, no tan calurosa como se esperaba, y contó con invitados de lujos, ya no solo Klopp, sino también el rapero Ninho, que la semana pasada, el viernes, el día que el Paris F.C certificó su ascenso a primera en Martigues, salió al escenario en el Stade , lleno completamente, con una camiseta naranja de la próxima temporada que usaron los jugadores en su partido contra el Ajaccio este sábado.
Sin Ibiza... pero con fiestón
El nuevo Paris F.C, el gestionado por la familia Arnault y por Red Bull con Mario Gomez y Klopp, ya está en marcha. Su primer mercado en la liga sa será seguido con lupa por todo el país, ya que su ascenso fue celebrado por todas las instancias, ávidas por contar, por fin, con una alternativa a orillas del Río Sena al Paris Saint-Germain. A nivel interno, los dirigentes no esconden que no realizarán ninguna locura, que no quieren quemar etapas, que su objetivo es asentar al club en primera y después ya llegarán otros objetivos. Un ascenso que se lleva forjando un lustro y que, por fin, tras muchas desilusiones, tras incesantes desdichas, se consumó en 2025.
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