Dos árbitros napolitanos no quieren pitar al Nápoles: “Vivimos aquí, tengo tres hijos...”
Marco Guida explicó en ‘Radio CRC’ que, aunque no haya límite territorial, él y Fabio Maresca optaron por evitar a los azzurri: “Es una decisión personal”.


En Italia, desde hace casi dos años, ya no existe el vínculo territorial para las designaciones arbitrales. Los colegiados pueden, en teoría, dirigir también a los equipos de sus propias ciudades, pero tienen la posibilidad de solicitar excepciones al designador Gianluca Rocchi. El napolitano Marco Guida, árbitro con más de 200 partidos en la Serie A, explicó que tanto él como su colega Fabio Maresca, también originario de la ciudad partenopea, han optado por no pitar al Nápoles, como declaró en Radio CRC: “Tanto Fabio como yo decidimos no dirigir al Napoli porque el fútbol allí se vive de manera diferente a otras ciudades como Milán, aunque nos ofrecieron hacerlo. No hay líneas territoriales, simplemente hicimos lo que consideramos más oportuno”.
Maresca explicó que su decisión se debe principalmente a razones familiares: “Vivo en la ciudad de Nápoles y resido en la provincia. Tengo tres hijos y mi esposa tiene un negocio. Es una elección personal. Por la mañana tengo que llevar a mis hijos y quiero estar tranquilo. Aquí, el fútbol se vive con mucha emotividad. Cuando cometí errores, no era tan fácil pasear por la calle o ir a hacer la compra. Pensar en equivocarme al señalar un penalti y no poder salir de casa durante dos días para hacer deporte no me hace sentir sereno”.
El colegiado también se refirió al enésimo episodio de violencia ocurrido en las categorías inferiores. Diego Alfonzetti, de 19 años, fue agredido en Catania por un equipo completo, posteriormente excluido de su campeonato con sanciones hasta 2030 para sus jugadores: “Es un tema muy delicado, sobre todo cuando hablamos de chicos de 14-15 años que sufren violencia a diario. Quiero enviar un fuerte abrazo a Diego en nombre de toda nuestra asociación, tanto nacional como internacional, ya que también muchos colegas del extranjero han mostrado su solidaridad con él. Lo que vivió Diego fue un ataque vil, cobarde y repugnante”.
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