Cruzeiro desacredita la Sudamericana

Léo Jardim lo dejó claro una vez Cruzeiro confirmó su eliminación de la Sudamericana 2025 y no le tembló la voz para decirlo. “Cruzeiro no puede jugar esta competición. Nosotros no queremos jugar esta competición y los cruzeirenses tampoco… Ahora tenemos que estar enfocados en otros torneos para el próximo año no volver a esta competición”.

El equipo de Belo Horizonte, que no pareció plantearse en ningún momento plantar disputa por el torneo en el que quedó subcampeón en 2024 (superado por un gran Racing), ha demeritado a la Sudamericana al convertirse en el primer club brasileño que queda fuera de las dos grandes competiciones del continente. Aunque, mayormente, ha sido por su planteamiento.

Con rotaciones constantes, un entrenador que no fijó su mirada en ninguna ocasión en lo que podía acontecer a nivel continental, uno de los proyectos que más ha alzado la voz desde que cambiara de propietario -de Ronaldo a Pedro Lourenço- ha dejado mucho que desear al plantear las cosas más allá de sus competiciones locales.

Cruzeiro, que hace unos meses peleó por el título de la Sudamericana con una afición que se entregó para que el club volviera a obtener un título más allá de las fronteras brasileñas, quedó lejos de cualquier planteamiento inicial que se pudo hacer sobre ellos. Pudo partir como favorito con futbolistas como Gabigol, Matheus Pereira, Lautaro Díaz o Kaio Jorge, pero de cualquier pensamiento hipotético a la realidad ha habido una gran diferencia.

Entre las críticas y un posible apoyo, parece difícil no pensar que lo sucedido y las palabras de Jardim no hayan tenido algo consensuado previamente con la directiva. Lo cierto es que en Brasil, que reparte seis puestos para la Copa Libertadores 2026, convertidos en siete con el ganador de la Copa do Brasil 2025, parecen la apuesta de todos en el Raposa para volver al torneo más importante de Sudamérica.

Con su última participación en la Libertadores 2019, el equipo de reservas se apoderó de Cruzeiro en una Sudamericana que se ha vuelto más amarga después de acabar subcampeón en la edición anterior. Y con el dinero gastado, fiando todo a los torneos locales, el equipo del Estado de Minas Gerais no tendrá mucho margen de error para buscar su objetivo.

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