Jordi Ferrón: “Necesitaba, como entrenador, una experiencia así”
El entrenador español se despedirá de Japón tras dos años en el Inac Kobe, con el que puede ganar la liga. Anécdotas y experiencas de un fútbol diferente.

¿Cómo está llevando sus últimos días en Japón?
Bien, muy bien. El poder estar peleando hasta el final por conseguir la Liga hace más llevadero. El tener que acabar una etapa tan bonita como la que he vivido aquí y se puede decir que tengo la cabeza ocupada en objetivos y hace que la añoranza que pueda tener sea muchísimo más llevadera. Con mucho optimismo e ilusión y disfrutando de los últimos días en un país tan diferente y bonito como es Japón.
¿Cómo lo tienen para ganar la liga? Queda un partido y están empatados a puntos.
Pues, mira, es una cosa curiosa, porque por sistema de competición en España iríamos primeras, o en Europa, por el tema de que la primera valoración es el enfrentamiento directo entre rivales. Y aquí no se mira eso, aquí se mira la diferencia de goles en general y la verdad es que estamos bastante lejos, son cuatro goles, más si marcan que tienen que marcar, porque si no, ya ganaríamos por puntos. Tenemos que ganar de una diferencia de más cuatro, o sea, con cinco goles. Sabiendo que es muy difícil, tenemos un partido fuera de casa. Aquí la diferencia entre equipos no es tan grande, no se ven goleadas tan escandalosas. O sea que dependemos quizá un poco más de lo que pueda hacer Tokio en su campo. Contra el JEF United, que es un rival difícil, también entrenado por un español, Isma Ortuño, que es un rival complicado. Tokio es un gran equipo, está complicado, pero bueno, con ilusión para intentar con la ilusión para intentar hacer el milagro.
Jugó su último partido en casa el pasado fin de semana, ¿cómo fue la despedida?
La verdad es que muy bien. Tenía claro que si marchaba, tenía la decisión tomada desde febrero más o menos, y tenía claro que quería anunciarlo antes del último partido en casa para poder despedirme bien de la afición. La afición es muy limpia, muy deportiva, como todo lo que hay aquí en Japón. Anima mucho, no critican. Desde el principio se volcaron conmigo, se volcaron también con las españolas cuando hemos llegado. Nos han tratado muy bien. Es verdad que los resultados también han acompañado, pero aún así, la afición japonesa es muy cariñosa. No es tan crítica como la española. Por lo tanto, siempre había tenido buena comunión con ella. Con la afición y marcharte en un momento bueno, donde notas el cariño de la afición con las pancartas o con los cánticos. Es algo triste porque te duele, porque sabes que estás muy a gusto, pero a la vez algo bonito, saber que has hecho bien tu trabajo y que la afición te lo reconoce.
¿Qué balance hace de esta experiencia en Japón?
Es muy positiva. Creo que necesitaba, como entrenador, una cosa así, necesitaba poder coger un equipo, un buen equipo, poder tener mi tiempo, poder demostrarme a mí mismo y en general, que con trabajo, con tiempo y con tranquilidad, los resultados llegan. Además, tuve la suerte el año pasado de poder entrenar algunas de las mejores jugadoras del mundo, no dicho por mí, sino por estadísticas de estas que sacan la lista de las 100 mejores, como Mina Tanaka, que ahora está en Estados Unidos jugando, o Yamashita, la portera del Manchester City. Eso me hizo también crecer como entrenador, de poder entrenar a grandes cracks mundiales. Y ya te digo que ha sido una experiencia deportiva muy positiva, también una experiencia cultural, porque Japón es un gran país con una educación máxima, limpieza, muy buenos, valores. Sí que es verdad que tienen algunas cosas peculiares, diferentes a los españoles y son muy disciplinados en España. Somos un poquito más rebeldes y en el fútbol necesitas esa rebeldía. Pero bueno, han sido dos años muy buenos y económicamente, evidentemente, también. En España sí que es verdad que se está creciendo, pero aquí, económicamente, pues tenía un sueldo bastante más alto que el que podía tener, o que el que había tenido entrenando en Primera División en España.

¿Qué es lo mejor que se lleva de estos dos años en Japón y lo peor?
Primero, entrenar un equipo de tantísimo nivel. Creo que nunca entrenaré un equipo con jugadoras tan buenas como mi primer año. El segundo año es diferente, aunque los resultados son casi mejores, pero las jugadoras que entrené el primer año son a nivel mundial de lo mejor. Tanto las dos carriles, titulares de la selección japonesa. Una selección que hizo buen papel en los JJOO, en el Mundial hizo muy buen papel, que acaba de ganarle el torneo de Estados Unidos en su casa. O sea, imagínate entre en ese nivel. Para mí ha sido muy satisfactorio porque además las jugadoras japonesas son muy obedientes. Es muy fácil entrenarlas porque hacen lo que tú les dices. La mayoría, además de la cultura japonesa, son es que son súper limpios, son súper educados, no hay delincuencia, tú te puedes dejar el móvil en un sitio que rápidamente salen y te lo devuelven. O sea, no te roban. Las tiendas tienen los productos fuera de las tiendas, porque la gente aquí no roba. Son muy confiados, claro. Luego vienen a España y pasa lo que pasa. Y el silencio, cómo respetan lo público. Los trenes funcionan de maravilla, son súper limpios. La gente cuida su país, no hay incivismo. A mí me ha encantado. Lo que menos, creo que las escalas sociales son demasiado marcadas. Y a veces, porque seas jefe, no debería ser tanto poder sobre tu empleado. Y después son muy suyos. O sea, ellos tienen sus costumbres, tienen sus tradiciones y lo que ellos hacen es lo que es lo mejor, que normalmente suele ser lo mejor, pero hay cosas en las que en las que seguramente no tienen razón. Pero, por ejemplo, temas futbolísticos. Los latinos llevamos bastante ventaja. El tema fútbol femenino ha despegado antes.
¿Qué le ha llamado la atención de Japón?
Te podría explicar cien mil. Podríamos hacer un libro de todo lo que nos ha tocado vivir. Es muy diferente en todo. Me gusta mucho la cultura japonesa, pero hay una diferencia de clases, una diferencia social, donde el jefe manda y manda mucho, incluso a veces, como lo vemos en los mangas, que a veces los jefes son un demasiados autoritarios. El jefe es el jefe y el jefe manda y los subordinados, los empleados, obedecen. Y esa diferencia de clases aquí es muy visible. No se le puede discutir absolutamente nada al jefe. Y, claro, los latinos, que somos un poquito respondones... no nos gustan las órdenes, a veces chocamos.
¿Qué anécdotas me puede contar?
Mira, tengo un par que son muy buenas. Una fue nada más llegar cuando fui a hacer los seminarios con el Instituto y Universidades. Pues un entrenador de quí, empiezo a hablar con él y me comenta que tenemos un equipo muy ofensivo, atacamos mucho, pero después sufren en los contraataques y a veces les pillan un poco mal colocadas, desordenadas. Me dice, ¿Qué harías para poder contrarrestar eso? A ver, lo fácil, lo normal, primero para que no te hagan contraataques, acabar jugadas, acabar en tiro, acabar las jugadas. Digo, segundo, una vez en el contraataque, si estás muy en ataque, para que no te lo hagan, la presión tras pérdida, una vez pierdes el balón, presionar rápido para que no les dé tiempo al equipo contrario a organizar un ataque rápido. Y digo, y a unas malas, si te superan esa presión, hacer una falta táctica que nos dé para que dé tiempo al equipo a reordenarse y colocarse. Y dice, no, no, aquí en Japón no podemos hacer faltas tácticas. Aquí son súper mega respetuosos y el tema de una falta táctica me dijo, no, no, aquí no podemos hacerlo. Me quedé como un poco sorprendido. Otra anécdota, que son mil, pero también me sorprendió mucho. Estamos entrenando y venían al entrenamiento dos o tres jugadoras del filial. A mi me gusta utilizar jugadores de filial y les intenté convocar. Les dijeron: tenéis que estar a las 10 y cuarto aquí, en este punto, o sea, la entrada del campo. Ellas, a las 10 y cuarto, estaban en ese punto en el que se habían dicho la entrada del campo, pero es que ese día estaba lloviendo y a 20 metros había unas gradas a cada lado, pero, como a ellos les habían dicho tenéis que estar aquí, a las 10 y cuarto. estaban ellas debajo de la lluvia, teniendo unas gradas a 20 metros, pero a ellas les habían dicho aquí, entonces aquí es aquí. Es que son tantas historias… Las jóvenes, por ejemplo, o las no convocadas, son las encargadas de cargar las maletas, de limpiar el material, de hacer todo... imagínate en España, que te dejas una jugadora sin convocar y encima tú le das la maleta para que ella te la cargue en el autocar, te mandamos a tomar por saco. Yo el primero, cuando era jugador, es otra percepción de la vida. Es que hay tantísimas cosas en las que chocamos, que ellos son súper mega, ordenadísimos y planificadores. Y yo soy el rey de la improvisación. Y cuando llegué los primeros meses me pedían calendarios a tres meses, vista y yo decía ‘yo que sé lo que entrenaremos de aquí tres meses o cuando entrenaremos, pero en función de si ganamos, entrenaremos menos y si perdemos, entraremos más’. Pero no, tenía que dar una lista concreta de cómo íbamos a entrenar y qué días. Son muchísimas cosas.

Usted fue jugador antes que entrenador, pero toda su carrera en los banquillos ha sido en el fútbol femenino, ¿por qué decidió entrar en este sector?
Por mi hija. Mi hija empezó a entrenar, yo iba como padre. Empezó a jugar al fútbol, después de probar diferentes deportes, no fue cosa mía. Iba como padre a verlas entrenar, claro, veía los entrenamientos, no solo del equipo de mi hija, sino de diferentes equipos de fútbol femenino, y decía, pero qué narices están haciendo, o sea, ¿qué están haciendo? Claro, había sido futbolista y había entrenado toda mi vida en el Barça, había tenido muy buenos entrenadores, y veía a chicas y entrenadores del fútbol femenino y decía, pero ¿qué les están enseñando? Si lo que están aprendiendo no es fútbol. Claro, piensa que en aquella época en el fútbol femenino normalmente o entrenábamos los padres o entrenaban muchos de los entrenadores que a lo mejor no tenían sitio en el masculino, los ponían en el femenino, en los clubs. Había muy pocos entrenadores en el femenino por vocación. Sí que lo había, muy buenos, pero había muy pocos. Entonces, claro, veía entrenar y decía, ¿por qué? ¿Por qué una chica no puede tener unos entrenadores tan dignos como los que podemos tener los chicos? Recuerdo unas palabras de creo que era de Vero Boquete que decía una cosa muy parecida: ella creo que comentó que, hasta el final, casi nunca había tenido un entrenador que supiera más de fútbol que ella. Y eso a mí me impactó al principio, no veía justo que una chica, por ser chica, no pudiera tener un entrenador de un nivel parecido a los que había podido tener yo, los que habíamos podido tener los chicos cuando éramos pequeños. Entonces, por mi hija, empecé a entrenar en el equipo de mi hija, me di cuenta de que había muchos retornos, a la mínima que enseñaba cuatro cosas bien enseñadas, bien normales, se notaban mucho los resultados, se notaba mucho en el rendimiento de las jugadoras. Y desde entonces he estado en femenino y es que me llena. A mí a veces me preguntan, o hace ya años que me preguntaban por qué una persona como yo no daba el salto al masculino. Y claro, yo decía, es que para mí no es un salto. Es que a mí el femenino me llena. Me siento entrenador de fútbol. Sobre todo aquí en Japón, buenos estadios, buena afición, buenos viajes, buenos hoteles… nos cuidan. Me siento realizado, por lo tanto, no necesito pasarme a masculino, no necesito dar el salto, porque para mí el salto ya lo estoy dando, ya me siento partícipe de lo que sentía como jugador de fútbol.
Usted que ha estado en los dos mundos, ¿qué diferencias encuentra entre el masculino y el femenino?
Aquí tendríamos para dar un debate, una charla-coloquio de horas con diferentes personas. Es un tema difícil. A ver, es diferente, evidentemente es diferente. A los que venimos del fútbol masculino, a veces, sobre todo en mis primeros años, estaba acostumbrado a una manera de entrenar o de tratar que seguramente con los años he ido cambiando. En el masculino estamos acostumbrados a mucha presión. Mucha tensión, muchas palabras de tono alto. A veces en el femenino tienes que moderar un poco ese lenguaje. He visto a veces situaciones de Luis Enrique con el PSG, o de Guardiola con el City, o de Flick en Alemania, o de Bielsa, o de muchos entrenadores, que tienen unas expresiones, o dan un golpe, o dan una patada. En un vestuario femenino, pues se tiene que intentar ser un poquito más más calmado. Yo que soy muy pasional y que aquí en Japón intento estar mucho más tranquilo, pero para que las jugadoras me entiendan aquí en Japón, a veces como soy tan pasional, yo les pongo vídeos de entrenadores europeos, de grandes entrenadores europeos. El entrenador de la selección sa femenina, Renard, que antes entrenaba a Arabia Saudí y su charla contra Argentina cuando les ganaron en el Mundial. De entrenadores que también han entrenado y que están entrando ahora femenino. Entonces, aquí en Japón todavía les sorprendió un poquito más e intentaba explicarles: yo vengo de este tipo de fútbol, de un fútbol un poquito más pasional que en el femenino, pues es verdad que tienes que ser un poquito más pausado a la hora de decir según qué tipo de cosas. A nivel táctico, te diría que la diferencia la marca, sobre todo entre el fútbol masculino y el fútbol femenino, para mí es el tema de la fuerza. Los hombres corren más, saltan más, chutan, más fuerte. Claro, eso te hace que a nivel táctico también tengas que variar algunas cosas. Un lanzamiento de una portera femenino no es tan largo como de un portero masculino. Por lo tanto, a una portera femenina le puedes hacer una presión más alta porque no tienen un desplazamiento tan largo. Un saque de banda puedes presionar más corto, más cercano, porque no suelen tener un saque de banda tan largo. Pero al final, un desmarque de un extremo, una cobertura, la posición de extremos metidos por dentro para que suba el lateral…eso es igual en masculino que en femenino. No hay tantas diferencias entre femenino y masculino, más allá del tema físico, porque técnicamente hay jugadoras de un nivel exquisito. Y bueno, está demostrando que equipos como el Barça o como la Selección española, se ven sus partidos y son mucho más divertidos que muchos partidos que puedas ver de categorías altas de fútbol masculino.

¿Cómo ve el fútbol femenino español?
El nivel de fútbol español femenino, para mí es muy, muy alto. Y cada vez es más alto, porque las jugadoras cada vez llegan arriba más preparadas, hay mejores entrenadores en el fútbol femenino y en el fútbol base. Hay más niñas que practican fútbol, por lo tanto, hay más donde escoger. Y el nivel que está mostrando el Barcelona o España, es un referente a nivel mundial. A veces leo críticas y me he posicionado en redes sociales sobre la competitividad de la liga española. Porque el Barça gana muchos partidos de goleada o gana la Liga casi sin perder ningún partido y se quejan de que a veces el nivel de la Liga española no es alto, pero es que el Barça machaca a todos los equipos, es que se va por la Champions y al Chelsea le pasó por encima. Entonces, claro, no es que sea bajo o que no sea alto el de la Liga, es que el Barça tiene un nivel altísimo en comparación. Con casi cualquier equipo del mundo o con casi cualquier liga, para mí, el nivel del fútbol femenino español es muy alto. Ha crecido y ha mejorado mucho.
¿Y el arbitraje?
El nivel del arbitraje, evidentemente, no está a la altura del nivel de las jugadoras. El nivel de las jugadoras ha crecido muchísimo y el nivel del arbitraje se está viendo semana sí y semana también que no está al mismo nivel. Creo que es muy necesario la entrada de un VAR, aunque sea un VAR light, como dicen, sobre todo para limitar los errores muy claros. No hace falta que sea un VAR muy elaborado como el del masculino. Los entrenadores aceptamos el error, igual que nos equivocamos nosotras. No hay problema en eso, pero no errores tan clamorosos como muchas veces vemos. Creo que deben de seguir mejorando. Y creo que el nivel del arbitraje de la Liga F debería estar acorde al nivel de las jugadoras. Y al nivel de lo que se juegan. Creo que hay arbitrajes muy buenos, igual que me gustaría que hubiera árbitras, que pitaran partidos importantes de Primera División masculina, que están capacitadas, hay también arbitrajes que no tienen ese nivel que seguramente tengan las jugadoras. Un tema polémico, pero que creo que es algo que los entrenadores de fútbol español nos llevamos quejando desde hace ya bastantes años, pero no se nos escucha.

El trabajo de en La Masía está sobresaliendo en las últimas temporadas, pero no sólo en el masculino, también en el femenino la cantera del Barcelona está trabajando muy bien.
No sé las demás canteras porque yo pasé toda mi vida, desde los siete años he estado en el Barça hasta los 20 que marché al Rayo Vallecano. El Barcelona trata muy bien su fútbol base, tiene una manera muy clara de jugar desde el primer equipo hasta el fútbol más bajo, por lo tanto eso te permite que si falla una pieza pueda subir a otra que está acostumbrada a hacer lo mismo. No se utilizan diferentes sistemas, no se utilizan diferentes maneras de jugar, por lo tanto todos los jugadores tienen claro lo que deben hacer en cada momento, independientemente del equipo en el que estén jugando, porque todo sigue una escalera. Se le intenta dar mucho valor al trabajo de la cantera, en mi época La Masía era un referente de convivencia. Sé que los clubes evidentemente han trabajado mucho el tema de cuidar dónde viven sus jugadores de fútbol base, cómo comen, estudian. En aquel momento cuando yo estaba, pues seguramente La Masía era el referente. Y todo esto unido a que generalmente los entrenadores del Barcelona suelen ser entrenadores valientes, que no les importa subir jugadores de la base,no tienen miedo a subirlos y que la situación económica, no nos engañemos, del Barça, provoca que ya no solo subas por convencimiento sino por necesidad, provoca que le tengas que dar continuidad a jugadores jóvenes que al final, como tienes que darle continuidad, demuestran que están capacitados para jugar en Primera. Pero no es un trabajo de un año, dos años, cinco años, es un trabajo que lleva haciendo el Barcelona desde hace muchísimo tiempo. Sí, creo que también se pasa al femenino, además, por lo que se intuye, por lo que se ve, por lo que palpas, creo que el Barcelona trabaja con el femenino con la misma profesionalidad que con el masculino. Creo que hay equipos en España que pueden dar ese paso hacia adelante en profesionalización de sus equipos femeninos, que económicamente se lo pueden permitir, pero no me preguntes por qué no acaban de dar ese paso definitivo. La suma de esos pequeños detalles acaba marcando una diferencia tan grande como la que te está marcando el Barça que, además ha juntado con una generación de futbolistas seguramente irrepetible de juntar en el equipo con Patri, Aitana, Alexia, Mariona en su momento, Pina hace unos años también… Te estás juntando con una generación de jugadoras españolas muy, muy potente. Si a eso le juntas que los fichajes extranjeros te marcan la diferencia, Pajor, Graham, Rolfö… los entrenadores, son grandísimos entrenadores que cada año se están reinventando. Ese trabajo sigue manteniendo esa brecha tan grande que tiene el Barça con todos los demás equipos.
Han sido dos años en Japón, y ahora, ¿qué tiene pensado hacer?
La verdad es que no me lo planteo. Ahora mismo. Lo que quiero es acabar la Liga, intentar ganar el título y volver a casa, a descansar, a descansar físicamente y, sobre todo, descansar mentalmente. Que ha sido un año muy, muy difícil, con muchos cambios. En principio me gustaría seguir entrenando. Pero también me lo paso muy bien cuando me ha tocado trabajar con Carrusel Deportivo o retrasmitiendo. También me gusta ser comentarista deportivo de partidos. Veremos. A ver, si sale alguna cosa que sea muy interesante, pues la cogeré. Y si no hay algo que sea muy interesante, pues creo, no descarto tampoco tomarme un año o el tiempo que sea necesario de descanso en casa con mi familia. Repito, han sido dos años lejos de casa y han sido dos años mentalmente, con mucho desgaste.
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