El CE Sabadell asalta Ipurua y trunca el sueño del filial
Un gol de Peque Polo a menos de diez minutos para entrar en la prórroga mete al conjunto arlequinado en la final por el ascenso a 1ª RFEF.
Ipurua nunca ha sido el mejor aliado del playoff, y en la batalla frente al CE Sabadell, su primer filial lo volvió a corroborar. Los pupilos de Iñigo Pérez se despiden de una temporada sobresaliente a la que no han podido ponerle el broche con el ascenso a la categoría de bronce. El solitario tanto de Carlos Polo en el 82’ desequilibró una eliminatoria que se dirigía a la prórroga y con ello, el combinado arlequinado jugará la gran final de ascenso. Acompañados de más de medio millar de personas, los visitantes acabaron celebrando entre cánticos de euforia una victoria que les permite estar a un solo paso de regresar a la división de la que fueron relegados un año antes. El empate del partido de ida condicionó por completo un planteamiento en que los de David Morilla salieron a tumba abierta.
De llegar igualados al final de la prórroga, el Eibar B accedería directamente a la última ronda dado su mejor ubicación clasificatoria. Por lo tanto, el equipo catalán estaba obligado a ver portería en Ipurua en caso de querer avanzar a la final. Cosa que intentó por activa y por pasiva durante los 90’ reglamentarios. Tras un inicio prometedor, donde Ispizua tuvo que emplearse a fondo bajo palos, la calma se instaló por momentos. Miguelete, Rubén Martínez y Albert Orriols lo intentaron a través de diferentes disparos, pero todos los acercamientos acababan chocando con el guardameta azulgrana, quien a la postre sería el hombre del partido, pese al resultado. Los armeros, en cambio, se adueñaron de posesión. Aunque su único acercamiento en la primera mitad corrió a cargo del ariete Aitor Galarza, que no atinó con su zurdazo.
Con el paso por los vestuarios, el guión regresó al inicio y tuvo a Ispizua como gran protagonista. El tercer portero del primer equipo volvió a sostener a los suyos con una gran estirada al potente disparo de Miguelete. Como también hizo lo propio el palo minutos después para repeler un cabezazo sabadellenc. Una vez pasado el asedio, el filial azulgrana replicó con distintos ataques, pero ni los recién incorporados Lucas Sarasketa y Marc Delgado pudieron acertar en sus respectivos acercamientos a la meta defendida por Gianni. Nadie era capaz de romper la igualdad, hasta que el arreón final visitante rompió todos los esquemas. Avisó Ustrell con un latigazo al larguero y cuando más partido estaba el Eibar B, el Sabadell lo castigó. Cortés dirigió el contragolpe, Ripoll puso el centro y Peque Polo hizo el resto. Sin casi oportunidad de réplica, el colegiado finalizó lo que se daba. Demasiado castigo para un filial durante gran parte del año soñó en grande.
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