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JOB viaja a Alaska para surfear olas gélidas

Jamie O’Brien desafía las bajas temperaturas del Turnagain Arm en busca de una de las olas más largas del mundo: una marea boreal de 10 kilómetros.

Jamie O'Brien con su tabla de surf en Alaska
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Marc Fontrodona
Nació en Barcelona en 1989. Se licenció en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona. Es el responsable editorial de AS Acción, el vertical de action sports del diario AS creado en 2016. Especialista y practicante de muchas de estas disciplinas, lleva contando historias de action sports desde hace más de una década.
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Pocas cosas podrían estar más lejos del paraíso tropical de Hawái que las aguas heladas de Alaska. Pero si hay olas, Jamie O’Brien está dispuesto a subirse a un avión, incluso si el destino final lo lleva al borde del Círculo Polar Ártico. Esta vez, su objetivo era una ola tan inusual como legendaria: la marea boreal del Turnagain Arm, un fenómeno natural que transforma la desembocadura del río en una autopista líquida de varios kilómetros.

O’Brien ya había surfeado antes esta singular ola generada por la fuerza de la marea entrante al empujar río arriba contra la corriente del agua dulce. Pero esta vez, las condiciones prometían algo especial. “Había escuchado historias sobre recorridos de hasta 10 kilómetros”, comentó, haciendo referencia a relatos locales sobre la posibilidad de una sesión de más de una hora de duración.

Sin embargo, el primer intento fue un fracaso. Jamie lo resumió sin rodeos: “Misión fallida”. La ventana para atrapar la ola es breve y si se falla, no hay segundas oportunidades... al menos hasta el próximo ciclo de marea. Por suerte, Alaska le dio otra oportunidad.

Tras 24 horas de espera, reflexión y conversación con surfistas locales, O’Brien regresó al punto de partida con una estrategia renovada. Y esta vez, acertó. “¡Lo hicimos!”, gritó al salir del agua. “Esa ola fue una locura. Estoy agotado. ¡Fue tan larga! Definitivamente valió la pena.”

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El Turnagain Arm, con sus mareas extremas que pueden alcanzar hasta diez metros, volvió a ofrecer una experiencia irrepetible. Con esta sesión, Jamie O’Brien suma una nueva hazaña a su historial de aventuras extremas, reafirmando que no hay clima, distancia ni temperatura que lo detenga cuando se trata de perseguir olas únicas.

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