Jackson Jr se juega 200 millones
El ala-pívot de los Grizzlies se asegurará la opción de firmar la mayor extensión de la historia de la NBA si gana el premio de Mejor Defensor.


Victor Wembanyama ha tenido que poner punto y final a su temporada por una trombosis venosa en el hombro derecho que le ha sacado de las pistas coincidiendo con el parón del All Star Weekend. Un destrozo para los Spurs, que acababan de hacerse con De’Aaron Fox y querían pelear por regresar ya a los playoffs, y una pena para el francés, que estaba promediando 24,3 puntos, 11 rebotes, 3,7 asistencias y 3,8 tapones. Que con 21 años acababa de estrenar condición de all star y que apuntaba a ganador del premio de Defensor del Año por primera vez (y seguramente no última, ni mucho menos) en su carrera. Pero esa condición tendrá que esperar, porque Wemby se ha quedado en 46 partidos jugados y no ha llegado a los 65 que, ahora, hacen falta para poder ganar los principales premios individuales de la temporada.
Wembanyama no llegó a esa cifra ni al plan B que queda abierto para casos de lesión grave con la temporada avanzada: en ese caso hay que llegar a 62 partidos, que la lesión sea para todo el curso y que la participación alcance el 85% de los partidos que ha jugado el equipo hasta ese momento. En 46, el referente de los Spurs se quedó muy lejos. Así que el premio de Defensor del Año, que a priori iba a tener muy poquita emoción, está otra vez abierto de par en par con dos aspirantes principales: Evan Mobley (Cavaliers) y Jaren Jackson Jr (Grizzlies). El primero tiene 23 años, está en la temporada de su descorche absoluto, ha sido all star y ya entró en 2023 en el Mejor Quinteto Defensvio. JJJ tiene 25 años, ya ganó el premio en 2023, precisamente, esta temporada ha sido all star por segunda vez y ha estado dos veces en el Mejor Quinteto Defensivo.
Nuevo escenario para JJJ y los Grizzlies
Así que habrá pelea por un galardón de mucho prestigio. Deportiva pero también económica, al menos para Jackson Jr. Mobley ya firmó una extensión máxima de su contrato rookie (cinco años, 224 millones) con los Cavs. Jackson Jr ya firmó esa extensión del contrato rookie también, pero en su caso en 2021: cuatro años, 104,7 millones. Antes de esta temporada, él y los Grizzlies podrían haber acordado su siguiente ampliación por un máximo de tres años y 106 millones, pero no lo hicieron y el asunto quedó pendiente para este próximo verano. El ala-pívot sabía que, entonces con dos años todavía garantizados en su actual contrato (este curso y el próximo, 25,2 y 23,4 millones), podía sacar más tajada una vez acabada esta temporada 2024-25.
Entonces, justo al día siguiente de que haya campeón, en cuanto terminen las Finales de 2025, Jackson Jr podría firmar por un máximo de cuatro años extra y 147 millones de dólares. No le ayuda en esa cuenta que los Grizzlies, que ya tenían en mente la súper extensión de Ja Morant (firmó en 2022 por cinco años y casi 200 millones), acordaran con él una estructura descendente de sus salarios, más cargados en el inicio del contrato y más livianos después para ampliar el margen de maniobrabilidad futura. Jackson empezó esta extensión en casi 29 millones (curso 2022-23) y la acabará (2025-26) en 23,4. La siguiente se calcula partiendo de, para la primera temporada y según el nuevo convenio, un 140% del salario anterior. Así que JJJ no podría pasar de esos 147x4 este próximo verano…
Salvo que tenga condición de aspirante a supermax, a la ampliación de contrato súper máxima y no simplemente máxima. Una creación introducida por el convenio colectivo aprobado en 2017 y el término coloquial para referirse a la provisión llamada Designated Veteran Player Extension, pensada para que los equipos tuvieran más armas económicas con las que retener a las estrellas que habían drafteado y criado. En gran parte, una reacción a la quiebra disparatada que supuso el pico del mercado de 2016 (con el cap disparado por los acuerdos televisivos) y, sobre todo, a movimientos como la fuga de Kevin Durant de OKC Thunder para enrolarse en los Warriors. Según esa figura contractual, los equipos podían ofrecer una extensión de un máximo de cinco años a un jugador que puede saltar de un tope del 30% a uno del 35% del salary cap total de la siguiente temporada para fijar su sueldo inicial con, a partir de ahí, subidas del 8% cada año.
Se requieren, eso sí, algunas condiciones para poder pasar de max a supermax: llevar siete u ocho años de servicio en ese equipo en el momento de firmar la extensión (cuando queden uno o dos años más de contrato por delante) y no haber cambiado de camiseta salvo si ha sido por traspaso durante las cuatro primeras temporadas, situación en la que el jugador mantiene (no si cambia de aires como agente libre) la opción de ser supermax. Además, tiene que cumplir uno de estos requisitos: ganar el MVP una vez en las tres temporadas anteriores, entrar en los quintetos All NBA (primero, segundo o tercero) en la temporada anterior o en dos de las tres anteriores o ser elegido Defensor del Año en la anterior o en dos de las tres anteriores.
Así que Jackson Jr (número 4 del draft en 2018) tiene la opción de convertirse en supermax si esta temporada gana el premio de Defensor del Año, el MVP (básicamente imposible) o si se mete (otra vía realista abierta) entre los quince jugadores elegidos en los Quintetos All NBA. En ese caso su extensión máxima pasaría a ser de cinco años y 345 millones de dólares. El contrato que Doncic podría haber firmado con los Mavericks y que ya no tendrá a tiro este verano por haber sido traspasado a los Lakers. Una barbaridad, el más alto de siempre por volumen total y, básicamente, 200 millones de dólares más (en cinco años en lugar de cuatro, eso sí) que en la extensión máxima básica. Ese debate, por la parte del premio de Defensor del Año, parecía no existir por el favoritismo tan absoluto de Wembanyama. Pero, ahora, sin en el francés…
La diferencia podría, por otro camino, no ser tan importante entre una opción y otra: Jackson tiene opción de renegociación de su último año, el próximo, para elevar su salario de 23,3 a 36,5 millones. Eso pondría el máximo original en cuatro años y 229 millones. El jugador, finalmente, tiene otras opciones: si no firma nada este verano, podría ser agente libre en 2026 y llevarse, en el marco de los nuevos contratos televisivos, un acuerdo totalmente nuevo por cinco años y 296 millones, siempre y cuando (como parece) el salary cap ascienda en su máximo en cada verano, techado por el último convenio en un 10% para evitar saltos demasiado pronunciados. Eso si firma con los Grizzlies, su equipo desde que llegó a la NBA: si decidiera empezar de cero con otra franquicia podría llevarse un máximo, en ese mismo escenario, de 219 millones por cuatro años.
Así que se abre un panorama muy interesante para un jugador de 25 años, todavía con lo mejor de su carrera, en teoría y si no pasa nada raro, por delante. A la vía de los All NBA se le ha unido, con la lesión de Wembanyama, la opción del Defensor del Año para llegar al supermax. Hay mucho dinero en juego y por eso, por ejemplo, este fue un asunto muy comentado en el reciente duelo entre Grizzlies y Cavaliers. Los de Ohio, líderes destacados del Este, ganaron en Memphis y Mobley superó, en el cara a cara y con cierta claridad, a Jackson Jr. Al día siguiente, los barómetros que evalúan las opciones de ser Defensor del Año viraron y empezaron a apuntar a Mobley, aunque queda todavía mucha tela que cortar en un asunto que también afecta de lleno a los Grizzlies. Si Jackson Jr se convierte en aspirante a supermax, ¿querrán darle esos 345 millones en Tennessee?
Con el nuevo convenio y las enormes limitaciones, financieras y deportivas, que trae la implementación de los temidos aprons, muchos equipos se están replanteando si ofrecer o no contratos que hace no tanto parecían asegurados. Los ejecutivo temen que los excesos les aten las manos en lo deportivo, los propietarios encuentran una excusa perfecta si no quieren soltar tanto dinero… y los jugadores desconfían de un mercado que se está reubicando, entre ese nuevo convenio y la inyección gigantesca de dinero que traerán a partir del próximo curso los revolucionarios contratos televisivos que se van a estrenar. Y ahí, en medio de ese cruce de caminos, aparece el futuro de Jaren Jackson Jr y la dimensión que puede adquirir si se lleva ese premio de Defensor del Año que ha dejado vacante, por una desgraciada lesión, Victor Wembanyama.
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