Bilbao se abraza al éxtasis
Diez mil personas, las mismas que caben en Miribilla, se echan a la calle para celebrar el título de la Europe Cup.


Un Miribilla al descubierto, con el cielo como cúpula, primero despejado, dejando que el sol arrojase su luz poderosa, y al final encapotado, hasta con gruesas gotas de lluvia. Los diez mil que caben en el recinto mágico se repartieron por las calles de Bilbao para celebrar la conquista de la FIBA Europe Cup y rendir homenaje a los ‘hombres de negro’. ¡Las vueltas que da la vida y el deporte! Medio millar de aficionados recorrieron en manifestación una senda por la salvación en 2014 por el centro de la ciudad, tratando de lanzar un SOS por una entidad agonizante. Once años más tarde se ha seguido esa ruta, en sentido contrario, para celebrar el primer título en la historia. Pioneros en esto, porque nadie en la provincia ha levantado una copa continental a nivel profesional.
Esto no va de una gabarra y un millón de personas poniendo la provincia patas arriba. El Athletic no se puede comparar con nada. Los honores en esta ocasión son más humildes, pero igual de entrañables. Tampoco está Muniain de maestro de ceremonias, pero la plantilla se ha ganado el corazón de todos. Muchas nacionalidades y algunas demasiado formales para que se desmadrara la cosa. El protocolo ha sido terrestre, sin la ría como nexo común entre seguidores y plantilla. Por el asfalto, como mandan los cánones en baloncesto, se ha desarrollado el primer festejo del mundo de la canasta en la villa. A las seis, con exquisita puntualidad, han llegado en un autobús descapotable con la palabra Txapeldunak, con una camiseta conmemorativa con la palabra Txamps 24-25, más el escudo del club y con la medalla de oro al cuello, y una gorra de Champions. Se rumorea que Dragic, un ganador nato, no se quita la medalla ni para dormir. La presidenta, Isabel Iturbe; el entrenador, Jaume Ponsarnau; y el capitán, Xavi Rabaseda, han portado el trofeo, la ansiada Orejona, a su llegada al Ayuntamiento, donde, como marca la tradición, han sido recibidos en sus escalinatas por el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto. El servicio marítimo de la Guardia Civil garantizó la seguridad peinando las aguas situadas frente al punto central del guateque y salvamento marítimo de Cruz Roja también surcó el Nervión con una zodiac.

Los aficionados congregados han llegado a estrujar a los héroes, ansiosos por tocar el trofeo. Han dedicado allí sus gritos de ánimo a los campeones de Europa, que, después de las primeras fotos oficiales han recibido el reconocimiento oficial en el Salón Árabe del consistorio, con el aurresku de honor. “¡Que bote, que bote, que bote Miribilla!“, ha sido el lema en todo instante. Los coros arrancaron la carcajada de la comitiva. Y claro, el célebre ”Lo, lo, lo, lo, somos los chicos de Jaume Ponsarnau“, o la readaptación para este instante tan dichoso de ”Lo, lo, lo, lo, nos vamos de copas con Jaume Ponsarnau".
El técnico colocó en primera instancia una bufanda del título a Aburto. “Felicidades, sois campeones, lleváis los valores y el espíritu de la ciudad por todas canchas, Teníamos derecho a soñar y hemos tenido derecho a ganar”, se lanzó el alcalde. “Habéis escrito en letras de oro el nombre de Bilbao en el baloncesto europeo. Siempre nos tendréis a vuestro lado. Devolvéis con triunfos el cariño que os tiene la marea negra”, se ha comprometido el regidor. Tocó uno de los momentos cumbre, asomarse al balcón “donde salen los y las más grandes”. La presidenta Iturbe recordó que hace poco fueron nombrados embajadores de la villa en ese mismo sitio. Y hubo un recuerdo especial al patrocinador, Surne. “El otro día tras el partido me preguntaron: ¿qué es lo que sientes? Lo que sentía era que quería salir de allí y disfrutar con mi gente, estoy emocionada por encontrarme aquí”, suspiraba Iturbe.
Ponsarnau estuvo muy listo en la semana previa a la visita al infernal Palataki. Se ejercitaron dos veces en Artxanda con la megafonía a todo trapo reproduciendo loas cánticos de la hinchada del PAOK. Y los tiros libres de ejecutaban con ese ruido ensordecedor. Lanzó su habitual discurso motivante: “Gracias a estos jugadores, que han sido una manada de lobos supercoordinada. Hemos conseguido resucitar a jugadores que parecía que no podían”. El estratega de Tàrrega desveló que la idea partió de Mikel Torre, el preparador del equipo de EBA, y que él y sus ayudantes se la apropiaron. “Se la robamos”, soltó divertido antes de lanzar una promesa: “Vamos a seguir aullando fuerte”. Rabaseda es míster entorchados, rebosa de éxitos. “He tenido la suerte de ganar algún otro título, pero este lo voy a guardar de forma especial en el corazón”, esgrimía el capitán, convaleciente hace poco por una meningitis y clave con su experiencia en Salónica. Allí estaba parte de su familia. Gielo es un polaco de lo más vasco, maneja mejor el kalimotxo que las pierogi, las típicas empanadillas de su país. Su capacidad para desatarse en momentos de estos es asombrosa. “Es increíble poder vivir este sueño y representar a Bilbao. Estoy enamorado de esta ciudad y su gente”, plasmaba dicharachero el ‘cuatro’. Habla la voz de la experiencia, pues ha pisado unos cuantos países y urbes.
Rafa Pueyo, el arquitecto de este grupo ganador, no para de pensar y ya tiene una idea para el año próximo. “Ponsarnau va a continuar, porque tiene contrato y me gustaría que también siguiera gran parte de esta plantilla, porque se lo han ganado y han hecho historia, pero es difícil retener el talento tras un éxito como éste y seguro que van a tener muchas novias, ofertas, a ver si los convencemos de alguna manera”, destacó el director deportivo. “Esta plantilla ha trabajado muy bien, con disciplina y mucha energía, tiene mucho mérito lo que han hecho, sin venirse abajo en momentos comprometidos, hay muy buen ambiente y se está viendo estos días”, subrayó.
Hlinason es casi un bilbaíno más. Se puso a balar ante la gente, que ya se sabe que es pastor en su país, e hizo un amago de Ramos, como que se le caía el trofeo. “La fiesta está siendo muy guay, todo para recordar, de principio a fin, hasta la lluvia se agradece, porque representa a esta ciudad. Este equipo está muy unido, hay muy buena gente, estoy contento de llegar hasta aquí con estos compañeros”. No faltaba nadie. Consejeros, empleados, la corporación... En la balconada fueron aclamados como se merecen. Frey, el mejor de la vuelta de la final junto con Pantzar, escuchó “Hari, Hari, Hari, Hari lehendakari”. Y el sueco, “MVP, MVP...”. “Cazalon, Czalon, Cazalon te quiero....”. “Que bote Isabel”. “Y Taboada. ¿què?“. ”Levantar este título aquí para alguien de Bilbao es como tocar el cielo, no se puede pedir más”, se emocionaba Chacón. “Hubo que sufrir, pero así sabe mejor”, recalcaba Sylla.
Ibon López de Letona, uno de los ayudantes, quiso tirar de clásico: “Camarero. ¿Qué? Una de Gielo. ¿Una de Gielo? Tomasz, Tomasz Gielo". El el rey del mambo es Jon Novo, el fisioterapeuta, al que gritaban: “Vente de farra, Jon Novo vente de farra”. Y él, con un hilito de voz, dedicaba: “Es un sueño para un chaval de aquí, tener este camino desde La Casilla hasta Salónica”. Ridder y Rahkman, extranjeros ellos, se graparon a una ikurriña. Los cánticos habituales hacia Pantzar, Rabaseda... Y el ‘Follow De Ridder” que llevó al belga al desfase. “Toda esta alegría es contagiosa”, La sonrisa no se desdibujaba de los rostros, mientras caía un confeti de papeles blancos y negros. La Peña Hirukoa, incansable como siempre, no dejaba de saltar y cantar. desplegó dos bengalas, una negra y otra roja. “Goazen Bilbao”, coreaban. “Jo, ta, ke, irabazi arte”. Reclamaron a Txipi, pero se escondió en el interior de la casa consistorial. “Muy orgulloso de haber conseguido esto y compartirlo con todos. Siempre habéis estado ahí, en las buenas y las malas”, tiró de repertorio Salgado, otro de los más aclamados y al que exigió Gielo salir al grito de “leyenda, leyendaaaaaa”. El eterno capitán no soltó la copa en la despedida del Consistorio tras algo más de una hora de algarabía, hubo un ligero retraso sobre el horario previsto. Seis mil hinchas se acercaron hasta el Ayuntamiento y chocaron manos con los ídolos de carne y hueso que venían de conquistar el Olimpo en Grecia.
En la ruta hacia la Diputación se encontraron con otro rosario de seguidores. Se perdía la vista tratando de abarcar tal reguero de gente. Los más altos tuvieron que esquivar las ramas de los árboles de la Gran Vía en la planta de arriba del autobús descapotable. “Hemos llorado, fuimos parte de esos 150 que viajaron a Grecia y esto es histórico”, se entrecortaba Mikel. Y más gente en la institución foral, con muchos alcaldes de toda Bizkaia, asociaciones que también tratan de poner en valor el trabajo solidario y representantes de clubes de la provincia. Hasta totalizar los diez mil en un día de juerga incesante. “Toda Bizkaia se alegra, nos sentimos muy bien representados por un club que supera las dificultades con pasión. Habéis ganado la copa partido a partido en las canchas. Este club tiene una afición muy sólida. Este título es un ejemplo de esfuerzo y dedicación y debe servir como impulso. Lo que os define es: resiliencia”, les recibió la diputada general, Elixabete Etxanobe. De nuevo botes de humo, negro y rojo. En el salón principal de la institución foral, 140 personas. “Ha sido una satisfacción para todos, la vuelta fue complicada con aquella afición, muy a la griega o a la turca, como se juega allí”, resumía el presidente de la Federación Vizcaína de Baloncesto, Koldo Mendia.
“La semifinal fue de pegolete pensábamos que estábamos fuera, pero este equipo no se rinde nunca, estamos muy orgullosos. Me tuve que marchar en el tercer cuarto, porque la cosa se pudo fea y no aguantaba de los nervios”, recalcaba radiante Aitor Esteban, conocido aficionado del Bilbao Basket, habitual cuando sus obligaciones se lo permiten en Miribilla y nuevo presidente del PNV. Acudió El Txopo Iribiar como representación del Athletic. El telón cayó más allá de las ocho, bajo los acordes del We are the champions de Queen. Dos horas y pico de dar rienda suelta a la euforia, para satisfacción de todos, una ciudad rendida a los campeones. El club ya conoce que el año que viene tendrá plaza garantizada en la Europe Cup, siempre y cuando no acabe entre los tres últimos de la ACB. La ACB tiene dos plazas garantizadas vía Liga. Será su decimotercera aventura por el Viejo Continente. Pero no solo más, también mejor. La Champions. La ambición de un equipo campeón, que acaba de cumplir 25 años pero espera no dejar pasar otro cuarto de siglo para salir a la calle a darlo todo y celebrar el éxtasis con su gente. Un brindis para la eternidad. Ahora toca pensar en el Murcia de Sito Alonso, que hará el domingo el pasillo a estos titanes. En la previa del partido ha colmado de elogios al club, mostrando su gratitud por haber formado parte de él, y ha querido tener un recuerdo especial para Korti, periodista de El Correo que ha vertebrado parte de la historia de la entidad y falleció durante la pandemia por el COVID. Parte de esto es de él y de Luisfer Baranda, exlocutor de Onda Cero.
Leixuri Arrizabalaga, diputada foral de de Euskera, Cultura y Deporte de Bizkaia tenía un doble motivo para la conmemoración, pues es su cumpleaños. “Al margen del titulo, es una alegría ver a toda esta gente ser feliz, eso es maravilloso”. La jarana no acaba aquí. El propio domingo la afición podrá inmortalizarse junto a la Orejona antes del partido. El martes toca ir a la casa de Juntas de Gernika, donde serán recibidos a las 17:00 horas por Ana Otadui. Escribirán en el libro de honor “para que dentro de muchos años la gente se acuerde de este momento tan especial”, destacaba Otadui. Por la plaza Circular se vio a un joven con una tabla de surf protegida por una funda. “¡Atento que viene la marea negra!”, le lanzaban con guasa desde el hormiguero de gente con un megáfono. La bendita marea negra. ¿Se puede ser más feliz?
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