Sociedad

Los expertos alertan de que el mundo se está ahogando en millones de toneladas de residuos: “Cementerios gigantescos”

Lo que no se ve del desarrollo sostenible: una crisis de residuos que amenaza con desbordar el planeta.

Un parque eólico, a 28 de marzo de 2025, en Muras, Lugo, Galicia (España). El Tribunal Supremo ha dictado una sentencia que despeja el futuro de muchos proyectos de la industria eólica en Galicia. El hecho de que dos o más instalaciones de parques “compartan instalaciones de conexión” no comporta, ineludiblemente, que se deba considerar “la existencia de un único proyecto de parque eólico a efectos de su evaluación medioambiental, sino que habrá que examinar en cada caso las circunstancias concurrentes”.
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Carlos Castro / Europa Press
28/03/2025
Carlos Castro | Europa Press
María Dávila
Actualizado a

El impulso global hacia las energías renovables ha sido, sin duda, uno de los grandes avances en la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, un nuevo problema está emergiendo silenciosamente, oculto bajo los ideales de sostenibilidad: los residuos generados por las palas de aerogeneradores que han llegado al final de su vida útil.

Fabricadas con materiales ultraresistentes y de difícil tratamiento, estas gigantescas estructuras pueden tardar siglos en descomponerse. Y lo que antes fue símbolo de energía limpia, ahora amenaza con convertirse en un legado tóxico para las generaciones futuras.

Las cifras son alarmantes. Según estimaciones recientes, para 2050 el mundo habrá acumulado más de 43 millones de toneladas de residuos procedentes de palas eólicas desmanteladas. Para hacernos una idea, solo en Estados Unidos se espera que más de 8.000 palas acaben en vertederos en los próximos años, y esa cifra crece exponencialmente a medida que envejece el parque eólico mundial.

Estas palas, que pueden superar los 60 metros de largo, están fabricadas con materiales compuestos como fibra de vidrio, carbono y resinas epoxi, lo que las hace extremadamente duraderas, pero también casi imposibles de reciclar con las tecnologías actuales.

El legado oculto de lo “verde”

El problema no es futuro, ya está ocurriendo. En lugares como Texas, Wyoming o España, imágenes aéreas muestran verdaderos “cementerios eólicos”, donde miles de palas se apilan en grandes terrenos sin ningún tratamiento posterior. Los expertos advierten que, sin políticas de reciclaje o reutilización a gran escala, estos residuos se convertirán en un problema crónico y cada vez más visible. “Nos enfrentamos al dilema de una industria que ha crecido sin planificar qué hacer con sus desechos”, afirma un profesor especialista en tecnologías limpias en la Universidad de Finlandia Oriental.

El reciclaje de palas de aerogeneradores presenta tres grandes barreras: tecnológica, pues los materiales compuestos son difíciles de separar y reprocesar; económica, ya que el coste del reciclaje supera con creces el valor de los materiales recuperados; y logística, las palas, debido a su tamaño y forma, son difíciles de transportar y manipular. Aunque existen técnicas emergentes como la pirolisis, el reciclaje mecánico o incluso el uso de enzimas para descomponer polímeros, ninguna ha alcanzado la escala y eficiencia necesarias para abordar el volumen actual de residuos.

A pesar del panorama sombrío, hay proyectos que buscan revertir la situación. En Europa, el consorcio ZEBRA (Zero Waste Blade Research) ha desarrollado prototipos de palas completamente reciclables. Por su parte, DecomBlades trabaja en estrategias para desmontaje y reciclaje a gran escala. También se han probado usos creativos para las palas retiradas: se han transformado en puentes peatonales, refugios urbanos, mobiliario urbano y estructuras para parques infantiles. Sin embargo, estas aplicaciones aún son anecdóticas frente al volumen de residuos previsto.

El escenario proyectado es preocupante. Si no se desarrolla una solución viable, millones de toneladas de residuos se acumularán durante los próximos 30 años. La paradoja sería amarga: energía limpia generando contaminación duradera. Además, se desperdiciarían recursos valiosos y se frenaría el impulso hacia una economía circular, clave en los objetivos de sostenibilidad de la ONU y el Acuerdo de París.

Expertos internacionales coinciden en que hace falta un marco regulador que obligue a los fabricantes a diseñar palas con reciclaje en mente y a asumir responsabilidades sobre sus residuos. Algunos países ya están comenzando a exigir planes de fin de vida útil como parte del proceso de aprobación de nuevos parques eólicos. “Estamos a tiempo de evitar que las renovables repitan los errores del pasado. Pero debemos actuar ya”, advierten los expertos.

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La energía eólica es y seguirá siendo parte esencial de la transición energética. Pero si no se afronta el desafío de sus residuos, lo que hoy nos mueve hacia un futuro más verde podría terminar sepultado en gigantescos vertederos grises. Como en tantas otras áreas del medio ambiente, la innovación, la regulación y la conciencia ciudadana deben caminar de la mano para evitar que la solución se transforme en un nuevo problema.

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