Elon Musk tiene “un salvaje oeste” en mitad de Estados Unidos: con un busto de 4 metros y alcalde
Starbase se convierte en ciudad independiente tras unas elecciones extraordinarias que han escogido como alcalde al vicepresidente de SpaceX.


En el extremo sur de Estados Unidos, en el punto más austral de Texas, el magnate Elon Musk ha levantado el complejo industrial Starbase, una planta de fabricación de cohetes y plataforma de lanzamiento desde donde pretende llevar a cabo su misión de salvar la humanidad y poblar Marte. La pequeña localidad ha transformado el entorno y ha suscitado las críticas de las poblaciones más cercanas, que ven aumentar el precio de los servicios básicos.
Este mes de mayo, el área donde se encuentra Starbase se ha convertido en una ciudad independiente tras aprobarse con 212 votos a favor y solo seis en contra. Sin embargo, la mayor parte de los electores son trabajadores de la base de SpaceX, y la comisión municipal estará gobernada por tres que ya ocupan un alto cargo en la empresa espacial de Elon Musk.
It’s official: Starbase is now an incorporated city in Texas. With local governance in place, we are excited to continue building the best city for our community.
— StarbaseTX (@StarbaseTX) May 20, 2025
Starbase es un lugar hecho por y para la investigación y fabricación espacial. También es un pequeño autohomenaje de Musk, que ya tiene un busto de cuatro metros de altura en el municipio. El cambio de estatus ayuda fiscalmente a la compañía y favorece el control sobre la zona, que se trata de una reserva y parque nacional del Golfo de México.
Las críticas de los locales no han tardado en llegar. Por ejemplo, los vecinos de Brownsville, la principal ciudad del condado donde se encuentra Starbase, ven cómo la localidad se convierte ahora en una ciudad dormitorio e incrementa el precio de la vivienda. Según explican a The Guardian algunos locales, el alquiler ha subido de 750 dólares a algo más de 1.000 en solo unos años. En la actualidad, unas 500 personas viven en la propia Starbase, mientras que otros 3.100 trabajadores residen en Brownsville, a 40 kilómetros de la empresa.
“El hecho de que la gente pueda venir aquí y decir: ‘Vamos a tener nuestras propias elecciones, vamos a construir nuestro propio pueblo’, ¿qué clase de mentalidad dice eso, si no una arraigada en una mentalidad colonial?”, señala Josette Cruz, organizadora local y residente de Brownsville. Por otro lado, varios grupos ambientalistas se muestran descontentos con Starbase, y acusan a la compañía de atentar contra la población indígena y destruir “decenas de acres de hábitat natural”.
El nuevo estatus, en definitiva, no exime a SpaceX de todas las leyes estatales y federales, pero sí le da más control sobre carreteras, servicios de salud y de educación. El nuevo alcalde del municipio, Robert Peden, es vicepresidente de SpaceX.
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